Inteligencia artificial como compañera de código
Hace un mes, recibí mi ansiada invitación para probar el polémico GitHub Copilot. Para quien no lo conozca, se trata de un sistema de inteligencia artificial que promete colaborar mano a mano con la escritura de código.
Obviamente, para ello se recopila el código (público y privado) que previamente has escrito. Pero por una vez, no me importa estar bajo el ojo de Microsoft si obtengo a cambio un servicio como Copilot.
Porque funciona, y lo hace extremadamente bien.
Ahora mismo tengo entre manos un proyecto web full-stack, y pensé que era buena ocasión para probar la IA de GitHub tanto en el front como en el back. ¿El resultado? Pura maravilla.
En el backend (Laravel), sin exagerar, Copilot escribió todos los métodos de la API. Y en el front, con Angular, me ayudó a resolver de la forma más eficiente el consumo de la misma API.
La ética de la no-privacidad
Vale, GitHub Copilot funciona. Y de que manera. Pero, ¿sus ventajas son tan notorias para prácticamente entregar la llave de nuestros códigos a Microsoft?
En mi opinión, SÍ.
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