Si eres programador, diseñador o cualquier especie de ser humano que trabaja en tecnología, probablemente hayas escuchado esta frase mágica:
“Oye, es solo cambiar un color… ¿cierto?”
Spoiler: nunca es solo cambiar un color
Déjame contarte la historia de cómo un pequeño ajuste visual se convirtió en una misión imposible digna de Tom Cruise (pero sin la paga de Tom Cruise).
El inicio inocente
Era un día tranquilo. El código compilaba, el café estaba caliente y hasta pensé que saldría temprano.
De repente, el cliente me escribe:
Yosmar, ¿puedes poner el botón en azul? Es solo un cambio rápido, nada del otro mundo.”
Yo, ingenuo, pensé: “Listo, CSS, cambio de hex y seguimos.”
Oh, qué equivocado estaba.
La caída al caos Cambio el color y…
El texto del botón ahora no se ve porque el contraste es pésimo.
El azul no se parece al que el cliente quiere (“Es un azul más feliz, como el del logo de Facebook pero no tanto…”).
En modo oscuro, ese azul se ve como si estuviera roto.
En Android se ve bien, pero en iPhone parece morado.
En la versión antigua del navegador del jefe, ni siquiera aparece el color.
En ese momento entendí que había abierto la Caja de Pandora del diseño.
Las reuniones de “ajustes”
Lo que siguió fueron tres reuniones, quince correos y una cadena de mensajes de WhatsApp con capturas de pantalla de cómo
“el color se ve diferente en mi monitor”.
Y ahí recordé la regla de oro: cuando un cliente dice “solo es”, probablemente no lo sea.
La lección aprendida
Ahora, cada vez que escucho esa frase, aplico el protocolo de supervivencia:
Pido ejemplos exactos del color (hex, RGB, o mejor, un diseño en Figma).
Pruebo en todos los entornos antes de enviar el cambio.
Aclaro el alcance: “Si el cambio implica ajustes de contraste o accesibilidad, lo cotizamos aparte.”
Nunca lo hago en viernes (por mi salud mental).
💡 Conclusión
Cambiar un color puede ser tan sencillo como mover un par de valores en el CSS… o tan complejo como reescribir medio sistema de estilos.
Así que, la próxima vez que escuches “solo es cambiar un color”, recuerda que detrás de esa frase se esconde un mundo de variables, pantallas, navegadores y expectativas que no siempre combinan.
Cuando el cliente dice “solo es cambiar un color”…
Terminas actualizando media app, ajustando contrastes, discutiendo si es “azul feliz” o “azul serio” y aprendiendo que, en realidad, nada es solo. 🎨💀
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