Todo comenzó meses atrás cuando Aldo Juárez de la Universidad de la Sierra me manda un inbox invitándome a presentar mi charla del currículum ante sus estudiantes de ingeniería de software en los eventos de festejo del 20mo aniversario de la institución. Mediante ese primer contacto apalabramos entre Aldo y yo que el 1ero de Noviembre estaría conectado en punto de las 10:00 am mediante una videollamada de zoom para compartir dicha charla. Para mi buena suerte, un par de semanas antes del evento me preguntan, por inbox también, si tendría la disponibilidad de ir a Sonora a que mi participación sea presencial, a lo que sin dudarlo respondí que sí.
Entonces mi #NorteñoTour comenzó volando de GDL a Hermosillo el pasado Lunes 31/Oct, ciudad en la que ya me esperaba gente de la UniSierra para darme ride a Moctezuma, un pueblo en la sierra de Sonora, en el que al siguiente día era mi presentación. Se hacen tres horas manejando desde HMO a Moctezuma y el camino fue bastante disfrutable, claro, porque no tengo problemas de mareos; pues despuecito de pasar una población llamada "Puerta del Sol" ya todo pa delante es subir la sierra. Unos paisajes semidesérticos que recuerdo realmente hermosos.
Mi experiencia dando esta conferencia en la Universidad de la Sierra fue muy emotiva para mí pues sabía que me estaban escuchando estudiantes de poblaciones muy pequeñas de alrededor de Moctezuma, en las que no existen las mismas oportunidades de desarrollo de talento como en ciudades más grandecitas. La gente de dicha Universidad se portó muy atenta conmigo y los estudiantes bien entusiastas, regresaría cada vez que me inviten.
Ese mismo día me llevaron de vuelta a Hermosillo y por la tarde me tocó conocer a Javier Díaz, la última persona en este año que uno de mis clientes me contrató para su equipo modalidad remoto. Durante el proceso de selección hubo muy buena camaradería entre Javier y yo y aproveché que él vive ahí en Hillo para decirle que iba a andar yo esa tarde en su ciudad. Le invité a echarnos una chela para conocernos en persona y el compa accedió.
Al siguiente día volé para Chihuahua, estado del norte que me faltaba por conocer. Me renté un Airbnb cerca del centro de Chihuas y desayuné cada día, de los cinco que estuve, en un lugar diferente; aunque por las noches terminaba siempre en el mismo bar: el Gabba Gabba, lugar que por cierto me recomendó la chica buena onda que me vendió la chamarra en ese lugar céntrico de ropa vaquera. Me vio toda la pinta de que me gustaría ese bar ... y le atinó.
Cabe en esta parte de la historia mencionar que después de Chihuahua capital yo ya no tenía destino fijo pero sí una semana más disponible para andar de vago por el norte, entonces comencé a dejar que el viento me llevara y lo primero que se me ocurrió fue tomar el Chepe, ¿cuándo volvería a andar en la, hasta ahora, única región de México en donde sale un tren de pasajeros?. Así que compré en físico mi boleto para tomar el tren. Había leído en internet que la última parada que hace el Chepe hacia el pacífico era Los Mochis y, después de varios días con frío, la idea de playa y calorcito me convenció. En el mismo sitio del Chepe viene la opción de comprar el boleto ahí en línea pero yo decidí comprarlo en físico y aprovechar para conocer la estación de Chihuahua. El chico que ahí me atendió me explicó que existe el Chepe Regional y el Chepe Express, me dijo que el primero era más económico pero que se va "rancheando", así como me aclaró que no era del todo cómodo para tantas horas, claro, estaba haciendo bien su chamba de venderme el más caro; me comentó también que no era temporada alta del Chepe Express y que no había corridas todos los días, ese día era el Viernes 4/Nov y la próxima salida, desde Creel, me tocaba hasta el Martes 8/Nov a lo cual accedí. Pagué ese boleto, solo de ida de Creel a Mochis, en $3,300 pesos en la sección ejecutiva, aquí puedes encontrar los precios de ida y vuelta en las otras dos secciones del tren: turista y primera clase.
Gracias al compa @hazzim por la paseada que él y sus hijos me dieron en su auto por toda la ciudad de Chihuahua, si no hubiera sido por ese paseo no hubiera pasado de caminar por zona centro. Incluso el bar gay que fui la última noche que estuve en dicha ciudad estaba como a 4 cuadras del espacio que renté, tengo una suerte pa atinarle ... el estar cerquitas.
El domingo 6/Nov a las 11:20 horas del tiempo local tomé un camión hacia el pueblo mágico de Creel en Chihuahua, ufff, ahí sí qué chulada de paisajes que vi .. desde que todo era semidesértico, luego llanura y cómo se fue convirtiendo en bosque de pinos, fue bellísimo. Iban a hacer 5 horas las que me iba a aventar en ese camión pero un pueblito llamado San Juanito me llamó mucho la atención y que me bajo, ya faltaban tan solo 40 mins para llegar al destino final: Creel pero haberme bajado en San Juanito valió la pena por esta hermosa presa que conocí:
Antes de que anocheciera, tomé viada en otro camión ahora sí para Creel donde me quedé dos noches a esperar mi viaje en el Chepe. De ahí siempre recordaré los lugares con caldos calientitos que comí y a los tacos de la plaza que me supieron a gloria la noche que llegué. Por si vas a Creel, no hay manera de no encontrar estos tacos, son los únicos frente a la plaza principal y la señora que los vende me dijo tener años ahí. Son como un tipo taco dorado, pero un dorado no a quedar duros pues, rellenos de carne molida y unas rajas de jitomate que hicieron que los amara.
Entonces tomé el Chepe desde la estación de Creel ese Martes 8/Nov en punto de las 9:00 am, la primer parada fue en otro pueblo chihuahuense llamado Divisadero que desde el tren se veía bien chido, próxima que regrese a esa zona del país me quedaré alguna noche ahí. No eran ni las 10:30 am cuando ya llevaba un café con Baileys. Todo era por relajarme pues.
En total el viaje duro un aprox de 8.5 horas de Creel hasta Los Mochis pero se me pasaron rápido entre las pláticas con la gente que conocí y las bebidas que iba tomando, llegué a Mochis a las 5:40 pm hora local y para mi sorpresa, el Sol ya se estaba metiendo. Esa noche fue una de las más divertidas de todo mi viaje pues, por las amistades de Sinaloa que hice cuando viví en Hermosillo por allá del 2012, uno de mis compas de Mochis me invitó a una carne asada con sus compas de la prepa y los plebes me hicieron sentir en casa con este comidón:
Mis días en Mochis fueron muy tranquilos, el primer día visité el Jardín Botánico "Benjamín Francis Johnston" donde aprendí que uno de mis árboles favoritos se llama Laurel de Indias y al siguiente día quise poner mis pies en la arenita por lo que me fui al mar. Como primer parada llegué a Topolobampo, un puerto con un pueblo pintoresco que aunque no tiene playa, la vista al pasear por su malecón es bastante relajante. Varias personas en Mochis me explicaron cómo llegar ahí a Topo en transporte público pero la neta por comodidad y tiempos yo llegué en un Uber que me cobró $150 pesos hasta el lugar donde desayuné. Ahí en Topolobambo tomé otro taxi, esta vez uno local, que por otros $150 pesos me llevó a Maviri, ahora sí la playa. Todo ese camino en medio se trató de agua y cerros llenos de cactus, una vista increíble. El señor del taxi me dejó en su restaurante favorito donde neta me comí la mejor tostada de atún que he probado en la vida:
Mi última mañana en Los Mochis se trató de más comedera, claro está, pero esta ocasión en el "Santo Alimento", cafetería de la familia de mi compa José Salcido y a la cual me recomendó ir. Tanto los chilaquiles, huevitos y hasta la torta que me dio para llevar la Lucille, todo estaba buenísimo. Cuando regrese pa Mochis de seguro regreso a desayunar ahí.
En un camioncito que tomé en la central de los Autobuses Elite me lancé, como destino final de mi Norteño Tour, a Culiacán. Se hicieron tres horas cuando ya estaba en la capital de Sinaloa, desafortunadamente, solo por una noche ... o quizás afortunada pues qué fiestonón me volvió a tocar de recibimiento y pues ya no aguanto diario-. Resulta que en Culichi town tengo también a varios compas que, para mi sorpresa, dos de ellos se conocían porque ya se la saben, pueblo chico. Así que esa única noche de Viernes me tocó juntarlos en "El Guayabo", una cantina clásica del centro de la ciudad.
Para eso de la crudita, la mañana siguiente mis nuevos compas Fer y Raquel me llevaron de despedida por unos tacos de birria estilo Tijuana, después un respectivo tour en auto por la ciudad y de ahí me dieron ride pal aeropuerto donde terminó mi #NorteñoTour22
Gracias a cada persona que estuvo conmigo durante el viaje ya sea en persona como en línea preguntándome cómo me iba. Les dejo el recorrido de todo el Norteño Tour en la siguiente imagen:
Entre las varias lecciones que aprendí les comparto las siguientes:
- Próximo viaje cargaré una maleta más vacía y compraré, a mi modo, un par de trapos acordes al clima de la región donde esté. No me vuelve a pasar que cargue ropa que no me ponga.
- Próxima vez que viaje me quedaré más días en la ciudad o pueblo donde sienta calor bonito de la gente.
- Próximo viaje haré aunque sea un par de lagartijas y sentadillas en el lugar donde rente para no perder la condición física.
- Próximo viaje moderaré los excesos de carnes y mariscos que coma, ya estuvo de tanto grasa y colesterol.
- Próximo viaje comeré más fibra.
- "Ya no estás tan joven para aguantar la fiesta/desvelada por tres días seguidos, brow". #NoteToMySelf
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