En mi experiencia docente, escuché esto, o algo parecido, infinidad de veces. Desafortunadamente, muchas veces esa frase termina sellando el final de un esfuerzo.
Permítanme contar una anécdota de mis comienzos como estudiante de sistemas en la facu.
Estaba cursando primer año y, como todos los inviernos de mi vida, me engripé. Como toda gripe, me llevó una semana de reposo con algunos días de cama.
Como en toda facultad, la situación personal de cualquier alumno queda lejos de cualquier interés institucional y cuando me recuperé físicamente, tuve que empezar a preocuparme por remontar el tiempo perdido.
Fue una semana en el calendario pero como diez semanas en la facultad y empecé a pedir carpetas para ponerme al día con todo ese material. En esa época, lo novedoso eran las fotocopias pero, eran caras, eran muchas hojas las escritas en esa semana y mi presupuesto no me permitía disfrutar los placeres de lo novedoso.
El resultado?. Pedir carpetas y ponerme a escribir porque se acercaban las fechas de exámenes.
En Programación I, FROTRAN IV, estábamos dando los fundamentos; lenguaje de bajo nivel, lenguaje de alto nivel, compiladores, linkeadores, etc. Justo para esa materia le pedí la carpeta a una compañera que era muy aplicada y responsable dando por sentado, que su carpeta debería de estar completa.
El problema era que yo no sabía que ella había hecho su escuela secundaria con terminalidad comercial. Po ese entonces, en esas escuelas se enseñaba algo muy raro que se llamaba estenografía o taquigrafía. Cómo es algo muy antiguo les cuento que eso es un sistema de escritura rápido y conciso para escribir, MEDIANTE EL USO DE SÍMBOLOS, a la misma velocidad que se habla. Para referencia les muestro algunos ejemplos:
Así estaba escrita la carpeta de mi compañera y así me pasé el fin de semana copiando esas hojas.
No había forma que entendiera lo que estaba escribiendo y pensaba; “no entiendo nada de programación, nunca le voy a tomar la mano”. Además me preguntaba; “¿cómo se ingresarán estos símbolos raros a una computadora?”. Tal era mi predisposición natural a este área del conocimiento.
Sin embargo, terminé recibiéndome, entendiendo programación, desarrollando y enseñando.
Mi recomendación a los que están empezando, no se dejen arredrar por las circunstancias, el mayor motivo del fracaso es tirar la toalla de manera temprana. Búsquenle la vuelta, sean cabezas duras, sean persistentes. No digan tan rápido; no nací para esto. Seguro lo van a lograr.
"Nota: ¿Tienen anécdotas similares de sus comienzos? ¡Me encantaría leerlas! Déjenlas en los comentarios y sigamos compartiendo experiencias."
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