Uno de los errores más comunes es el de imponernos objetivos poco realistas o difíciles de alcanzar en un corto plazo de tiempo (terminar tareas grandes en un solo día, refactorizar toda una funcionalidad en una sola sesión, etc…).
Muchas veces esto lo hacemos de manera inconsciente por querer mejorar o ser más productivos y con la falsa idea de que cuanto más trabajo entreguemos en el menor tiempo seremos mejores desarrolladores, sin pararnos a pensar en los efectos colaterales que puede tener esta decisión. Esto puede provocar varias cosas, por ejemplo:
- Código poco legible o de mala calidad
- Errores en el diseño que pueden provocar otros errores mayores
- Frustración por querer terminar la tarea en el menor tiempo posible
- Sensación de que no avanzamos debido a los errores que han aparecido, lo que puede hacer que la sensación de frustración sea mayor todavía
Las cosas importantes no se construyen en un día
Para evitar esta situación, intenta dividir tu objetivo en otros objetivos más pequeños que te asegures que puedes realizar en un breve espacio de tiempo (horas o incluso días, no tienes que ser un superhéroe).
Gracias a dividir tu objetivo en objetivos más pequeños, podrás ir viendo algunas mejoras en tu trabajo y en ti mismo como individuo:
- Un código mucho más limpio y de mejor calidad
- Diseño mucho más pensado y meditado para un correcto uso. Se darán menos errores, aunque seguirán existiendo (no somos perfecto, cometeremos errores)
- Satisfacción por cumplir metas.
Uno de los puntos más importantes a mi parecer es el poder tener esa satisfacción de un trabajo terminado y que hemos conseguido entregar. Además nos impulsará a poder seguir con otros objetivos.
Gracias a poder cumplir estos objetivos más pequeños, veremos como cada vez estamos más cerca de poder cumplir ese objetivo mayor que teníamos al principio como meta.
Abrazando el equilibrio dinámico
Es muy normal pensar que tenemos siempre que hacer un mínimo de cosas para sentirnos productivos o que tenemos que hacer las tareas en un “tempo” definido porque sino estaremos por debajo de un estándar de productividad y dejaremos de ser productivos. A esto lo podríamos llamar “equilibrio estático” (por ejemplo: todos los días hacer un número determinado de tareas, dedicarle todos los días 1 hora a aprender algo…). Pero ese término se aleja bastante de la realidad.
Tenemos que ser conscientes de que habrá momentos de nuestra vida que podremos hacer más cosas y otras veces menos (tendremos más energía o menos, habrá situaciones personales o familiares que nos favorezca o no…), pero lo importante es el computo global de cosas que se han hecho a lo largo de un periodo largo de tiempo. Además si estas tareas las realizamos en un “tempo” en el que nos sentimos cómodos para su realización, no nos sentimos con una sobrecarga de trabajo, nos motiva o gusta el trabajo que estamos haciendo… veremos que los resultados son muchísimo mejores en un periodo largo de tiempo. Esta idea la llamó un amigo “equilibrio dinámico”.
Dentro de ese equilibrio dinámico, tenemos que ser capaces de dedicar tiempo a poder descansar y dedicarle tiempo a cosas que nos gusten (familia, amigos, hobbies…). No es necesario que estemos constantemente buscando el sentirnos aceptados como desarrolladores por tener más o menos proyectos personales, hacer/grabar cursos, preparar charlas… debemos de recordar que ante todo somos personas, y como personas, tenemos el derecho a sentirnos cansados.
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"No es necesario que estemos constantemente buscando el sentirnos aceptados como desarrolladores por tener más o menos proyectos personales, hacer/grabar cursos, preparar charlas…". ¡Cuánta razón! ❤️