El día a día de un buen desarrollador
Uno de los principales problemas del desarrollo de software es la inconsistencia.
Al empezar un proyecto nos relajamos las primeras semanas y apretamos el acelerador a última hora con un montón de presión y estrés adicional.
Esta manera de trabajar tiene consecuencias sobre la productividad, la satisfacción de entregar un buen trabajo, y la validez del mismo proyecto.
Cualquier trabajo hecho con prisas siempre se hace peor.
La falta de constancia afecta la calidad del trabajo entregado y aumenta la probabilidad de entregarlo con errores.
En desarrollo, la inconsistencia laboral se paga con un aumento de la deuda técnica.
Un buen desarrollador trabaja con disciplina y constancia desde el primer día.
Los menos experimentados piensan que trabajar más es lo mismo que trabajar mejor.
La disciplina y el orden harán que trabajes de manera más relajada, asegurando la calidad del proyecto y llegando a las fechas de entrega previstas.
Es un error pensar que la persona que está más horas en la oficina es la que mas trabaja; esto claramente es un síntoma de falta de productividad y eficiencia.
La falta de productividad puede ser personal o puede ser de la empresa.
El desarrollo de software no se mide en horas trabajadas sino en resultados logrados.
No se trabaja mejor cuando dedicamos intensos y discontinuos ciclos de desarrollo, se trabaja mejor cuando somos capaces de mantener una relativa constancia y la suficiente intensidad creativa la mayor parte del tiempo.
Un buen desarrollador identifica las piezas fundamentales de la solución.
El desarrollo debe comenzarse por aquello que más nos incomode, por lo más complicado de hacer, de esta manera terminamos antes lo que más nos inquieta y nos quedamos un poco más tranquilos habiendo solucionado lo que más nos preocupaba.
Para que esto funcione, el proyecto debe estar sustentado por la cantidad y calidad de pruebas necesarias.
De esta manera nos aseguramos que el código está funcionando de manera correcta y que seguirá funcionando cuando añadamos más funcionalidades al código.
Un buen desarrollador siempre mira hacia atrás, y revisa el código escrito para ver si puede mejorarlo o simplificarlo.
No se retoca el código por que si, siempre para mejorar la solución completa. Esto traerá beneficios más adelante.
Siempre debemos preguntarnos: ¿qué hay de lo ya desarrollado que se pueda mejorar o simplificar?
Debemos sacarnos esa mentalidad de: si funciona mejor no lo toco. Ese miedo a reescribir código se origina por que no tenemos la seguridad si después de "tocarlo" funcionara de nuevo; esa presión se quita haciendo pruebas.
En muchas ocasiones el tiempo que necesitamos para simplificar o mejorar algo es poco.
Las mejoras relevantes no se hacen replanteando todo el problema, sino acumulando mejoras pequeñas de manera continua.
Recuerda que el trabajo de desarrollo es como la jardinería, hay que darle mantenimiento continuo al código, mejorar algunos módulos, mejorar algunas pruebas.
Esto nos asegurará que nuestra solución sigue funciona, y cuando añadamos mas funcionalidades, seguirá funcionando porque estamos respaldados con pruebas.
Siempre pregúntate: ¿PUEDO MEJORAR O SIMPLIFICAR ALGO?
En nuestro trabajo siempre habrán cosas que no nos guste hacer, pero que tengamos que hacerlas si o si.
Por ellos mismo lo mejor es empezar por lo más difícil.
Siempre que haya algo que se pueda resolver en 5 min, resuélvelo al instante y sin pensarlo.
La mayor parte del día la pasamos trabajando, es muy importante encontrar satisfacción en nuestro trabajo y ser felices con lo que hacemos.
Intentemos mantener una disciplina constante, no "corramos" con presión de entregar cualquier cosa.
Imagina: que gusto y placer mantener un código bien escrito, documentado y con pruebas, disfrutariamos mas nuestro tiempo laboral y seriamos personas más felices.
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